domingo, 24 de noviembre de 2013

Crónica de un día feliz

El día de hoy empezaba muy pronto, sobre las seis y media ya he empezado a mirar el reloj desde la cama y a las siete ya no he podido más, me he vestido, he tomado algo ligero y a esperar que fuera la hora para despertar  a mis supporters. Por cierto, soy muy fan de mi mujer y de mi peque, poneros en su piel, el día de hoy con el frío que pega a las ocho de la mañana, y pobres los dos ahí para animar al loco de su padre, lo dicho, muy fan de ellos, muchas gracias, sé que me quereis un montón.

Cuando tienes familia, y el que la tiene lo sabrá, por mucho que tú te quieras adelantar al destino, ya está escrito, y si has de llegar tarde a algún sitio, llegarás tarde. Eso es lo que casi pasa esta mañana, he aparcado el coche a siete minutos de dar la salida, llegando a mi cajón a un minuto del disparo, vamos con el corazón en la boca. Pufff!!! y todos a correr, cada uno buscando su sitio, esquivando, intentando no pisar al de delante o quitándote al lento del medio. El primer kilómetro lo he pasado a cuatro minutos, he hecho balance y me he visto bien, sobre el kilómetro dos se me ha pegado un corredor, de los típicos que buscan una liebre que los lleve hasta la meta, he pensado yo, pero no, el tío al kilómetro se ha  visto fuerte y ha aumentado el ritmo y claro está lo he dejado ir, yo tenia claro que ritmo quería seguir. Pero al poco me he dado cuenta que la velocidad de ese corredor no era mala y sin pegarme he intentado no dejarlo ir. Los cinco kilómetros los he pasado a 21'11'', no era un mal tiempo y me ha venido a la cabeza la idea de hoy puede ser un buen día para hacer marca, y he apretado el ritmo, el compañero al que andaba siguiendo en un momento dado de los seis km me ha agarrado el brazo y me ha dicho "sigue tú, yo freno" y eso he hecho, pero me esperaba la parte más dura, Av. paralelo y la calle Lérida, pone a cada uno en su sitio,yo pensaba que podria hacer 41' y pico y girando por c/ Guardia Urbana con av. Rius y Taulet he mirado el crono y ya iba por 42'. Por mucho que apretara podría rebajar mi marca en segundos pero de pronto ha pasado lo mejor del día.

Antes de encarar la recta de meta he visto a mi mujer y a mi peque, sin pensarlo me he acercado a ellos y le he preguntado a mi hijo si quería llegar a meta conmigo, está claro que ha dicho que sí. Han sido como mucho cuatrocientos metros más o menos, pero a mi me ha parecido los cuatrocientos metros más cortos de mi vida, ver la cara de mi peque corriendo como si el fuera a ganar la carrera, la gente que veía a un peque corriendo, como lo animaban, las cámaras de fotos fijándose en él, bueno que se me han caído al suelo, me han dado igual los km que llevaba encima, el frío, el crono, todo ha valido la pena por entrar con él en meta, y lo mejor ha sido cuando me ha preguntado "hemos ganado papa? pues claro tu eres el campeón cariño".

Durante toda la semana, me he ido imaginando la carrera en mi cabeza, como sería la salida, donde debería contenerme, donde debía empezar a apretar, si mis pulmones aguantarían el ritmo que quería imponer después de casi dos semanas resfriado, como sería la foto de llegado etc.. lo que menos me esperaba era llegar a meta con mi peque y feliz del tiempo que había hecho, aunque no fuera el mejor. El mejor premio su cara.

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