Pero ayer fue diferente.
Como os podéis imaginar, tocó madrugar, todos a las seis en pie. No había pasado buena noche, sólo conseguí dormir dos horas y media, pero intentaba que mi actitud fuera positiva. Llegamos a las siete a la Vila Olímpica, y enseguida dejé el material en boxes, intenté buscar referencias para saber donde estaban mis cosas una vez volviera del agua. Miré el reloj y aun faltaba una hora para que empezara la competición así que nos fuimos a la playa a esperar. Durante ese rato intentaba no ponerme nervioso pero es imposible, las dudas te pueden. Ya en la salida llega ese momento en el que haces balance y miras las boyas, el recorrido, la gente que esta calentando dentro del agua y por mi mente pasa la idea de abandonar...
Pero recuerdo cosas que he leído, que los pensamientos negativos no me ayudan, empiezo a escuchar al Spiker que da las consignas de como pasar las boyas y justo dice las palabras que yo quiero escuchar "primer objetivo es la primera boya, cuando la tengáis os dirigís a la segunda y dejándola a vuestra izquierda os encaráis ya dirección a la playa" no se porque me relajé, baje a la orilla, me moje las piernas y esperé.
El resto de triatlón fue fugaz para mi, el hecho de haber superado la sección de agua hizo que el resto de prueba fuera en una nube. La bici tendría que trabajarla mucho más, se que pierdo mucho tiempo, y mi fuerte que es la carrera, ayer me la tomé con calma, con mucha calma, incluso me puse a hablar con un compañero de trabajo que me encontré también compitiendo. Ayer no iba a hacer tiempos, primero iba a derrotar los fantasmas del agua y si lo conseguía a disfrutar de la última prueba de la temporada y os aseguro que lo hice con creces.
De cara a la próxima temporada tengo tres pruebas muy claras, la primera es el nacimiento de Martina, que si todo va bien será para octubre, y es un nuevo "reto" que se nos plantea a mi mujer y a mi, el cual nos hace muchísima ilusión. El segundo será prepararme para hacer la media de Barcelona y el tercero será la Maratón de Barcelona, todo lo que caiga de más será porque los peques me dejen hacerlo.
Pongo fin a esta temporada que como siempre ha sido completa, emocionante, divertida y muy agotadora, pero dicen que sarna con gusto no pica, y estoy muy orgulloso de como lo he hecho, sin entrenador, con mi fuerza de voluntad y buscando siempre información para no caer en la monotonía y seguir aprendiendo. Esta temporada he bajado de tiempo en los 10 km, he terminado mi primera maratón y he participado en dos triatlones y lo mejor de todo es que me lo he pasado de miedo.
Gracias, gracias y mil gracias a ti, Patri, por dejarme hacer todas estas cosas, con todo lo que conlleva, horas de entrenamientos, madrugones, frío, lluvia, por aguantar mis chapas sobre deporte, mis bajones de ánimos si las cosas no me salian como yo quería etc... y siempre habéis estado ahí, sin ti no habría hecho ni la mitad de la mitad. Por eso te quiero!!!